Share

Capítulo 982

Azucena no tenía ni idea de lo que estaba sucediendo. Estaba furiosa, su mente nublada por la rabia extrema. No escuchó la conversación entre Miguel y Atilano, ni entendió la verdadera situación. Solo vio a Atilano caer estrepitosamente al suelo, con una expresión de sorpresa en su rostro.

—Tío, ¿qué te pasa? — preguntó Azucena apresuradamente. Pero en ese momento, Atilano estaba demasiado débil para hablar.

Su secretario, junto a él, estaba pálido de miedo, temblando por completo. Si Atilano no podía soportarlo, mucho menos su secretario.

En ese momento, Simón miró furioso a Genaro, quien se levantaba, y le hizo un gesto con la mano. Genaro, sintiendo que la situación no era nada buena, se acercó tímidamente a Simón. Aunque no entendía del todo qué estaba pasando, parecía que Atilano, Américo y Filiberto estaban muy asustados.

Simón miró a Genaro y dijo lentamente: —Si abandonas a Sofía para casarte con Azucena, no me importa en lo absoluto. Incluso podría agradecértelo. Pero ¿por qué
Locked Chapter
Continue to read this book on the APP

Related chapters

Latest chapter

DMCA.com Protection Status