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Capítulo 1275

Pensando en esto, Ildefonso se rio y dijo: —Está bien, entonces esperemos a que todos lleguen y hablemos bien para resolver de una vez por todas nuestras disputas.

—Claro, pues los esperamos juntos, — dijeron Marcelo y Odilón, ambos con una amplia sonrisa.

En ese momento, Ildefonso cambió de tema y dijo: —Pero estos últimos días, un tipo de Andalucía Dorada asesinó a uno de mis hombres. Hoy lo cité aquí para pelear y vengar a mi subordinado. Si llego a estar en desventaja, espero que ustedes dos me echen una mano, díganme ¿qué les parece?

Ildefonso miraba a los dos con una amplia sonrisa en la cara.

Odilón frunció el ceño, mientras Marcelo se reía con desprecio y decía: —Claro, claro.

Ildefonso sonrió y dejó de hablar.

Ya había decidido demostrar su fuerza contra Simón. Planeaba deshacerse definitivamente de Simón, sacarle un buen dinero y, de paso, mostrarle a Marcelo y Odilón quién era el jefe ahora.

En ese momento, la recepcionista anunció: —Ha llegado el alcalde Tristán de Ciudad V
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