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Capítulo 27: El terror de los tabloides
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Punto de vista de CruzMiro al techo con total distracción. Mi cabeza da vueltas de emoción e indecisión.¿Hice lo correcto al emitir un comunicado a la prensa?Sólo van a seguir especulando, arrastrando a Haven por el suelo, hasta que consigan lo que quieren. Incluso entonces, no hay manera de que estén satisfechos.Buitres.Dan vueltas y descienden sobre sus presas sin remordimientos. Sólo quieren ensuciarse, limpiar el desorden mientras se llenan los bolsillos y luego pasarán a la siguiente persona.Quizás no debería haber dicho nada.No.Eso sería peor, creo.Si no digo nada, deja todo a la imaginación. Es mejor reconocer un poco ahora e intentar reconducir la situación si es posible.Por otro lado, esas terribles acusaciones de estar embarazada están atormentando y destruyendo su carácter. Lamentablemente, no hay nada que hacer ante ese rumor. A menos de salir y decirle al público que solo hicimos el amor una vez y que esa vez fue
El cielo prometido del Príncipe Capítulo 29: La envidia de un artista
Punto de vista de HavenHan pasado unos días desde que todos los tabloides se divirtieron conmigo como la “mujer misteriosa” y me siento tan nerviosa que probablemente podría vomitar.Cruz me llamó ese día y me dijo que quería llevarme a un evento privado que era una galería de uno de los amigos de la familia. Sería una reunión tranquila e íntima y la posibilidad de que la prensa estuviera presente era mínima o nula.Naturalmente, dije que sí en un instante. Quería verlo desde nuestra velada íntima juntos, pero todo el día de reportajes en los medios arruinó el ambiente para el resto del día.La llamada de Cruz fue lo único que realmente me hizo feliz en todo el día. Después de que me invitó al evento, terminamos hablando unas horas hasta que, de mala gana, tuve que irme para ayudar a mi madre a preparar la cena. Durante la mayor parte de la conversación, se disculpa profusamente por todo lo que está sucediendo actualmente en los medios. Promete que hará todo lo que
El cielo prometido del Príncipe Capítulo 30: Peleas en la acera
Punto de vista de CruzLa atraigo para darle un beso más, y otro, y otro. Haven se ríe porque soy reacio a dejarla irse. ¿Cómo fue esto posible? Tener una mañana entera de alegría desenfrenada era algo que una persona escuchaba en un cuento y, sin embargo, aquí me estaba sucediendo a mí.Anoche fue, una vez más, una experiencia eufórica. Comenzando en el auto y terminando en el dormitorio, nunca pensé que el amor pudiera ser tan apasionado y sincero. Todo en ella me vuelve loco y me quedo dormido escuchando el sonido de su suave respiración, sintiendo sus dedos presionando contra mi pecho desnudo mientras nos cubre a los dos con las mantas.Si no me lo hubiera dicho, no habría creído que nunca había hecho el amor excepto la otra vez conmigo.Qué honor tener una mujer tan apasionada en quien puedas confiar. Que privilegio tener a alguien tan dulce como un ángel venir y abrazarte con su ser.Me desperté esta mañana con la criatura más hermosa del planeta. Su cabe
El cielo prometido del Príncipe Capítulo 31: Cerca del callejón de asalto
Punto de vista de Haven"Está bien, ¿entonces son cinco tragos de Patrone, tres cocas de whisky y un Cosmo?" Pregunto, revisando el pedido por segunda vez.El grupo al que sirvo solo puede describirse como una despedida de soltera con la ventaja adicional de tres chicos que, supongo, se supone que son sus conductores designados. El grupo asiente y me entrega una tarjeta de crédito y dos billetes de diez dólares.“Quédese con el efectivo y con las bebidas”, dice el tipo que presumiblemente paga la cuenta."Absolutamente", digo asintiendo. Esta es una de mis mejores mesas de toda la noche y he estado cambiando las mesas de izquierda a derecha. Algo acerca de esta noche tiene a todas estas personas listas para dar propina y beber, y todos aquí están cosechando los beneficios.Sé que las chicas en el escenario definitivamente están recibiendo su parte justa. Vi a Diamond deslizarse hacia atrás tres veces para guardar el dinero en efectivo que había atado en su ligu
El cielo prometido del Príncipe Capítulo 32: Sabor de la victoria: hierro bien ganado
Punto de vista de CruzDulce victoria. ¿Tiene sabor? ¿Sabría siquiera el sabor si tomara un sorbo? He tomado muchos sorbos de muchas bebidas hoy, pero nada sabe tan dulce como mi triunfo sobre Liliana hoy.Es cierto que pasar un día entero bebiendo probablemente no fue el uso más productivo de mi tiempo. Después de mi discusión con Liliana, lo único que quería era un momento de paz.Pasé la mayor parte del día en mi habitación, bebiendo vino y otras bebidas alcohólicas en mi casa cuando, en algún momento, se me acabó. No estoy seguro de cuándo sucedió eso. Parecía como si estuviera escribiendo algún informe u otro cuando, de repente, estaba recostado en la mesa de la cocina mirando al techo.¿Me desmayé?No.Fue solo un lapso de tiempo que faltaba en mi memoria activa.Sé que probablemente necesito dejar de beber, pero la sensación de ingravidez y despreocupación es y siempre ha sido, perdón el juego de palabras, embriagadora.Me visto y, después
El cielo prometido del Príncipe Capítulo 33: Comisarías de policía y shock
Punto de vista de HavenCada parte de mí hormiguea de pánico y adrenalina. Si extiendo mi mano, literalmente tiembla. ¿Es así como se siente un ataque de pánico? ¡Porque todo esto no está bien!Observo cómo los agentes de policía esposan a Cruz y a los tipos a los que golpeó hasta convertirlos en pulpas sangrientas y los empujan a patrullas policiales cercanas. Sólo puedo suponer que alguien llamó a la policía tan pronto como estalló la pelea, pero me pregunto quién pudo haber sido.“Señora, necesito que mire mi dedo mientras agito la linterna cerca de su ojo, por favor. Estamos comprobando la dilatación de sus pupilas para asegurarnos de que no tenga una conmoción cerebral”, dice el médico de urgencias. Es un pelirrojo ardiente con alrededor de un millón de pecas en la cara, pero sus amables ojos verdes me hacen concentrarme en la tarea que tengo entre manos. Obedezco y miro fijamente su dedo mientras la luz brilla en mis ojos.“Te dije que estoy bien. Me desmayé c
El cielo prometido del Príncipe Capítulo 34: Delicias de la mañana
Punto de vista de HavenMe despierto y sólo puedo asumir que es la “madera de la mañana” de Cruz presionada contra mi trasero. Mi puerta está cerrada y, afortunadamente, me despierto naturalmente y no porque escuche a alguien crujir en la cocina o en cualquier otro lugar de la casa. Siento su calidez irradiando a mi alrededor, su brazo alrededor de mi cintura y manteniéndome cerca de su cuerpo.Escucho atentamente de nuevo.Nadie está despierto.Nadie va a entrar ya que tengo la puerta cerrada.Un pensamiento travieso me viene a la mente.Mientras estemos callados, no hay manera de que mis padres lo sepan, ¿verdad?Tenso mi cuerpo y me muevo ligeramente justo cuando una vez más siento su virilidad presionada firmemente contra mí. Lo quiero. Lo quiero. Lo necesito. Lo necesito dentro de mí, moviéndose con su alma.Me muevo de nuevo, esta vez moviendo mis caderas hacia adelante y hacia atrás en un movimiento similar a un balanceo.Ante esto, C
El cielo prometido del Príncipe Capítulo 35: Bésame bajo la lluvia
Punto de vista de HavenParece un sueño. Realmente nada parece real. El evento vuelve a ser espectacular, pero apenas me doy cuenta. No presto atención a los candelabros ni a la hermosa música clásica que fluye del cuarteto, con una melodía melancólica.Apenas me doy cuenta de todo lo que sucede a mi alrededor, de una mesa perfectamente colocada a otra. Apenas presto atención a los elogios por el vestido que llevo, que es una imitación perfecta del vestido azul de María en The Sound of Music, con mangas fluidas de color azul celeste y estampado floral.En lo que elijo centrarme es en la calidez de la mano de Cruz mientras nuestros dedos se entrelazan. Presto atención al olor de su colonia mientras lo rozo. Presto atención a la forma en que me guía entre la multitud de una exposición a la siguiente.Creo que esta es una especie de inauguración de una galería como a la que asistimos para un amigo de su familia, pero honestamente olvidé el momento en que Cruz me lo exp
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