Mendicidad

Estos días, Emma se sintió inesperadamente inquieta, a menudo perdiéndose en pensamientos a medio camino de una tarea, viendo subconscientemente imágenes de Harry en su mente.

Ella no creía que fuera porque lo extrañara, sino más bien algún tipo de conexión desarrollada a lo largo de décadas. Sin embargo, después de divorciarse, tal conexión era verdaderamente inauspiciosa.

Una tarde, acompañada por su padre a un chequeo médico para confirmar la fecha de la cirugía, Emma notó el estado distraído de su hija y dijo con una sonrisa: "Vamos, los dos iremos de compras".

"Papá".

"¡Emma!" Emma estaba a punto de rechazarlo con el argumento de no querer perder tiempo, pero Andy la detuvo.

"Deja que tu papá sea despreocupado y libre, disfrutando libremente. De todos modos, no viviré mucho más."

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