No sé cuánto tiempo estuve allí antes de oír a Val acercándose detrás de mí. "Estelle, ¿estás bien? ¿Qué haces de pie en el pasillo?", preguntó. Me obligué a sonreír y me volví para mirarle. "Venía a buscarte. He encontrado algo". Le entregué el libro y le señalé el nombre de Celete. Val me dio u
*Gabe* El templo de Edwyna era el último lugar en el que quería estar. Hacía días que no dormía bien y mi mente estaba plagada de una incertidumbre que rozaba la paranoia. Nunca había dudado de Val en mi vida, pero la acusación de Isolda se aferraba a mí como una maldición. No podía quitarme de la
"Estás más espabilado que nunca", dijo. "Tiene sentido. Quienquiera que esté violando nuestras fronteras no podría hacerlo sin ayuda interna". Tuve que esforzarme para desencajar la mandíbula. La idea de que alguien de la manada nos traicionara y pusiera en peligro nuestra seguridad me enfurecía. D
*Val* Gabe y yo estábamos en el salón con dos guardias que se habían apresurado a llegar a la casa justo al amanecer. Los hombres estaban nerviosos y no dejaban de mirarse los pies mientras estaban delante de nosotros. No podía culparlos. Algo extraño le ocurría a Gabe. Miraba al frente y nos fulmi
"¿Qué quieres decir con si?" preguntó ella. "¿Por qué otra cosa podría estar molesto?" "Muchas cosas", dije. Gabe también parecía enfadado conmigo, lo que no podía estar relacionado con Estelle. "Está sobrecargado de trabajo." Ella asintió un poco. "Todos lo estamos". En eso tenía razón. agarré u
*Estelle* Cuando la puerta se abrió de golpe, di un respingo y casi le doy un cabezazo a Val. Miré por encima de su hombro y vi a Gabe en la puerta. La expresión de su cara me produjo un escalofrío. Parecía lívido. Tenía los ojos muy abiertos y enseñaba los dientes mientras nos miraba. Todo en él
"Lo sé." Gabe apretaba y aflojaba el puño. "Ya lo sé. Es que..." Me miró y una tristeza entró en sus ojos que me rompió el corazón. "Pensé que me habías rechazado por él". "No te rechacé", le dije. "Te pedí que fueras mi Luna y tú..." "Me quedé helada", repetí. "Gabe, no me esperaba la pregunta y
*Estelle* Gabe me siguió escaleras arriba hacia nuestro dormitorio. Los dos estábamos agotados, física y emocionalmente. Me enfadaba que dudara de mí, pero lo comprendía. Si pensaba que estaba interesado en otra persona, me dolería. Además, a Isolda se le daba bien meterse en la piel de la gente. P