Allí estaba esa palabra otra vez. Perfecto.—Evie, ¿no quieres hablar conmigo? —preguntó mi madre, tratando de mirarme a los ojos, pero solté mi brazo de su agarre y me giré hacia el espejo.La mujer en el espejo no era yo.Ojos magullados. Una huella amarilla en mi garganta desde donde Charles me t
—Nos han ordenado que la llevemos de regreso a sus habitaciones, princesa Evelyn —dijo Carlo, un guardia, con ojos amables arrugándose. Parecía mayor, como si tal vez fuera joven durante la insurrección.Mmm.Esta fue una oportunidad.—Por supuesto, pero ¿te importaría llevarme a la oficina de mi pa
Entrecerré los ojos y pasé a mi siguiente declaración. Uno que no estaba seguro de que le gustaría a mi padre. —Es hora de hablarme de la insurrección.Él retrocedió. —No te preocupes por asuntos del pasado.—Padre —comencé, manteniendo todo el aplomo que había aprendido en mis clases de etiqueta. S
Thane DrogosPrimera parada: Puerto Rapier.¿A dónde iría un pirata que acaba de ganar un montón de dinero?Hombres como Charles Burmingham eran predecibles. Deplorable. Iría a la colonia pirata más grande, se jactaría de habernos derrotado a mí y a mi tripulación, y luego se abriría camino a través
Ella se dio cuenta de mí y me recibió a medio camino, con la emoción brillando en sus ojos verdes.—¡Tan! —Ella me saludó con un beso en ambas mejillas. Demorándose un poco demasiado mientras presionaba sus pechos contra mí. —¿Para qué tengo el placer de verte?—Christina, un placer como siempre —re
Hasta que me vio. —Charles. Encantado de verte, viejo amigo —dije bruscamente, sin nada agradable o amistoso en mi tono.Su rostro se puso completamente pálido. Una marca de garra roja descolorida en un lado de su cara. Entrecerré los ojos, elevándome sobre el hombre desgarbado con mi cuerpo ancho.
Evie StantonCampanas de boda.El día que toda chica quería, o eso me dijeron. Una boda grande y extravagante. Alarde de estatus en los rostros de la gente común. Todo lo que mi madre pensaba que una niña debería desear.Odié todo eso.El vestido demasiado grande, la enagua forrada con encaje blanco
Había guardias alineados en cada puerta. Rodeando el altar.Sin duda me detendría si corría. Intimídame para seguir adelante.No lo necesitaban. Ya había tomado una decisión.Robert se puso de pie en el altar junto al oficiante. Se vistió de punta en blanco. El pelo canoso estaba perfectamente peina