Eva se estremeció en mis brazos, y decidí recostarla en la mesa plegable que había junto a la pared. Sabía que lo que estaba experimentando eran probablemente las secuelas del rechazo. Esta sería solo la primera de muchas etapas por las que pasaría.Podía ver que estaba sufriendo, pero su lobo había
*Eva*Fijé la mirada en el cálido y afectuoso semblante de mi padre. Me brindó una sonrisa cargada de ternura, como lo había hecho a lo largo de los años. Nos encontrábamos rodeados de densos bosques de pinos y árboles de piel suave. Estábamos en casa de nuevo. El sol nos acariciaba, y una paz inusi
é. La emoción apretaba mi garganta. "¿Qué tipo de vida me has dado? Solía ser la hija de un Alfa. Estaba destinada a ser una Luna"."No la mía"."Bien, te guste o no, estamos destinados. No sé por qué la divinidad eligió maldijerme con una compañera como tú, pero ya no importa. Estoy viviendo en el
"Puedo pasar", expresé al tiempo que buscaba el permiso para ingresar. La mirada de la mujer se posó sobre mí, manteniendo su sonrisa sin titubear."¿Qué quieres decir con que seré su criada?" inquirí, buscando claridad en sus palabras."Exactamente eso", respondió ella con serenidad. "Me llamo Ruth
"Siento el dolor que sientes, pero debes saber que el Alfa no es quien crees que es. Es un hombre amable, un hombre de gran honor y valor. Nunca asesinaría a toda una manada"."Entonces no conoces lo suficientemente bien a tu Alfa", siseé. "La sangre debe tener sangre, y la venganza será mía. Por ca
Pasaron dos días y Ruth venía puntualmente cada tarde a cuidarme. Comenzaba cada mañana con un estado de ánimo tan optimista y positivo que era difícil no desear su visita. Ella se tomaba su tiempo para ayudarme a cambiar mis vendas y me instruía sobre cómo debía manejar las tareas domésticas.Aún n
Decir que se me daban fatal las tareas domésticas cotidianas era quedarse corto. Apenas podía limpiar un plato sin estropearlo todo. En cuanto me curé, tuve que pasar por un intenso campo de entrenamiento para prepararme para ser la criada de Zander. Nunca había fregado un solo plato en mi vida. N
Estaba siendo amable. Lo hacía fatal. Yo no era un buen cocinero en absoluto. Lo máximo que había hecho eran macarrones con queso de una caja. E incluso entonces, lo había quemado. "Encantada de tenerte a bordo, Eva. Puedo enseñarte los alrededores y contarte lo que le gusta tener al Alfa en su día