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Antes de que el trasero de Mia pudiera entrar en contacto con la silla del comedor, Shawn se levantó y salió a grandes zancadas del enorme comedor.

Por enésima vez desde el primer día que se conocieron, Mia se quedó de piedra.

Aún no habían servido la comida. Ya que estaba allí, ¿no podía haber esperado y comido un poco?

Y pensar que se marchó nada más aparecer ella... ¿Tenía una enfermedad contagiosa? ¿Se fue por ella?

Además, parecía enfadado... ¿Hizo o dijo ella algo malo? -Pero ella no hizo nada.

¿El hombre la encontró desagradable a sus ojos? ¿O tenía olor corporal? ¿Tenía mal aliento?

Mia levantó los brazos y se olió las axilas. No percibió ningún olor desagradable. No olía...

No convencida, hizo una seña a la criada que estaba en un rincón, al otro extremo de la mesa del comedor.

"Por favor, ven a olerme".

Como dice el refrán, uno no puede oler su propio hedor. A veces, la gente tiene que confiar en los demás para saber si tienen olor corporal, ya que pueden no ser conscientes d
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