68

***

Jasper observó en silencio cómo el coche de los Andrews entraba en su residencia. ¿Cómo se atrevían a secuestrar a la mujer del jefe? No tenían ni idea de dónde se estaban metiendo. Pronto lo sabrían cuando llegara el jefe.

A pesar de que podría irrumpir fácilmente y encargarse de cada uno de ellos, el jefe le había ordenado explícitamente que se contuviera. Así que, por ahora, obedecería y se abstendría de actuar.

La familia Andrew se apeó del coche y Mia también fue empujada con brusquedad. La niña había estado llorando todo el camino hasta aquí, y sus lágrimas no mostraban signos de detenerse.

Cole Andrew, el patriarca de la familia, se volvió hacia ella. A pesar de que los continuos sollozos de la niña le resultaban irritantes, trató de mantener una actitud tranquila y comprensiva.

"Eh, niña. Deja de llorar. Aquí nadie te hará daño", dijo, tratando de ocultar su irritación.

Mia moqueó, sus llantos cada vez más fuertes. "Sólo quiero irme a casa", se lamentó.

La irritación de Co