—October... —susurró la mujer en voz baja. La mención del nombre de su madre fue el impulso que Mae necesitaba para recuperar el aliento.—No, abuela, soy yo, Mae, y esta es April. Vinimos a verte —respondió Mae, haciendo a un lado para que su abuela tuviera una vista clara de ambas. Los ojos de la
MaeLas palabras de June resonaron poderosamente en la mente de Mae. De repente, sintió que tenía todo lo necesario y nada la detendría. Necesitó toda su fuerza de voluntad para no salir corriendo del pequeño pueblo hacia Henry. Sin embargo, April no compartía su seguridad ni su convicción.—¿Estás
Mae no llamó a la puerta. En su lugar, la abrió con cuidado y entró en la habitación de Henry. Su puerta estaba cerrada y la habitación estaba en silencio.Con cautela, Mae abrió la puerta y vio a Henry dormido en la cama. Su camisa estaba parcialmente levantada, revelando los contornos definidos de
HenryDespués de que Mae partió y regresó a su manada, Henry buscó a su padre. Circe intentó retenerlo momentáneamente, enredándolo en disculpas y promesas innecesarias, pero él la ignoró de inmediato. No podía perder tiempo en eso. Necesitaba encontrar a su padre.Seguramente, después de conocer la
Frederick caminaba ansiosamente, volviendo un poco loco a Henry. Henry hizo lo posible por respirar hondo y esperar que todo saliera bien.—¿Cuál es el significado de esto? —retumbó una fuerte voz familiar desde detrás de la línea. El padre de Henry se puso firme. —¿Me están convocando en mis propia
MaeMae se sentía un tanto desgarrada por dentro y, por más que lo intentara, no conseguía aplacar sus nervios acelerados. Un torbellino de preguntas e ideas continuaba invadiendo su mente. Las preocupaciones y dudas de todos habían tenido un impacto en ella. Anhelaba estar con Henry; él siempre hab
Mae asintió. Sabía todo eso y sabía que Henry nunca la presionaría más allá de sus límites, pero era reconfortante escuchar la confirmación.La señora Hallow sostuvo las mejillas de Mae frente a sus ojos, como si quisiera grabar en su memoria el rostro de la joven. Sus lágrimas finalmente se liberar
HenryHenry se encontraba constantemente centrando su atención en sus manos, como si esperara que estuvieran temblando o sosteniendo alguna respuesta. Pero eran las mismas de siempre: quietas y suaves. Notó que una de sus uñas se había desconchado de la piel de su mano izquierda. Ahora que lo notaba