El corazón palpitaba con fuerza en mi pecho, golpeando con ferocidad. ¿Qué demonios estaba sucediendo...?Jamás había escuchado voces distintas a la de Susan. No sabía cómo reaccionar, y la sensación de inminente desgracia se acrecentaba. El apretón en mi muñeca se tornó más firme, sacándome de mi p
¿Qué había sucedido? ¿Quién podía haber causado semejante masacre en un día de celebración?Salvajes.Deben de haber sido ellos. Las criaturas más despiadadas y viles.Recorrí la escena con el corazón apretado. ¿Quién perpetraría tal acto? Y justo durante una festividad.Entré con cuidado en el sal
*Zander*Zander se desplomó al suelo, pero antes de que su cabeza tocara la tierra, Stephen, uno de mis compañeros, la atrapó en el aire. La observé con intensidad y le dediqué una sonrisa.En sus ojos, percibí el dolor y la herida, pero mantuve mi máscara imperturbable. Cuando finalmente cerró los
Pero, al cernirme sobre su cama, quedé hipnotizado por su belleza. Un rostro que había visto innumerables veces parecía tener una belleza extraordinaria. Una belleza rara y única que no cualquiera tenía el privilegio de apreciar.Dios mío. Estaba perdido desde el momento en que entré en esa habitaci
EvaAbrí los ojos, sintiendo una opresión en el pecho como si fuera una carga inmensa. Luego, todos los recuerdos regresaron. La sangre, la fiesta, los bárbaros, él.Esos ojos azules gélidos penetraron en lo más profundo de mi ser, revelando que no me deseaba. En el instante en que pronunció esas pa
Me giré por completo para enfrentar al hombre que emergía de las sombras. Agarré la tabla de planchar detrás de mí, intentando ocultar las tijeras que acababa de usar para destrozar la ropa del Alfa."¿Quién es usted?", pregunté con voz temblorosa. Nunca antes en mi vida había sentido mi voz titubea
*Eva*Encaré a mi pareja, sus ojos brillaban intensamente, y su mirada se fijó en mí. La tensión en la sala era tan palpable que apenas podía respirar."¿Qué has hecho, Eva?" La voz de Zander rugió, y sentí que Susan se agitaba. Era la primera vez que la sentía moverse por sí sola, avanzando porque
Eva se estremeció en mis brazos, y decidí recostarla en la mesa plegable que había junto a la pared. Sabía que lo que estaba experimentando eran probablemente las secuelas del rechazo. Esta sería solo la primera de muchas etapas por las que pasaría.Podía ver que estaba sufriendo, pero su lobo había