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Capítulo 35: Se necesitan dos para enredarse
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Punto de vista de Dee"EM. ¡Rayburn!Me lancé ante las risitas de mis compañeros de clase, lo último del sueño se desvaneció con la mirada esperanzada en los ojos de Wes. Mierda, debo haberme quedado dormido en el laboratorio. No me había acostado hasta las cuatro de la mañana para darme la vuelta y tener clase a las 7:30 am por alguna razón olvidada por Dios. Después de la reprimenda que había recibido de parte de Eva la noche anterior, caminé de regreso al pasillo de CC, con el rabo entre las piernas.Me alegré de que CC estuviera lo suficientemente sobrio como para abrir la puerta, y que CB no se hubiera estrellado contra ella por la noche como había dicho que haría. No estoy seguro de haber podido manejar su estilo único de personalidad hippie de buenos modales y vibraciones calmantes y evitar llorar.Además, me había quedado a pasar la noche por miedo a ver el “maquillaje” de Wes y Eva. Si Eva descubría por un momento que Wes me parecía atractivo o que él me ha
Tenías que ser tú… Capítulo 37: El diablo
Punto de vista de Dee“¡ Bienvenidos a todos!” Whitney tenía sus delgados brazos morenos levantados por encima de su cabeza como una de esas estrellas de cine de antaño. Su falda ondeaba con la cálida brisa, las medias estampadas contrastaban con su suéter color burdeos y sus suaves botas color marrón camel. “¡Por el espectáculo más grande del mundo!”" ¡ Abucheo! ¡Bájate del escenario! Saoirse arrojó maíz hervido a la pequeña morena que chilló cuando sus amigas la arrojaron con buen humor. "¡Quiero que me devuelvan mis tres cincuenta!"" Oh, déjala divertirse, irlandés". Natalie estaba atrás conmigo, compartiendo un suave pretzel con Alice, la tranquila pelirroja que parecía estar a punto de quedarse dormida en su café, y Molly, la adorable cabeza hueca que probablemente podría hacer press de banca con una camioneta si lo intentara. Nos habíamos unido por nuestra experiencia agrícola compartida, aunque Molly provenía de los pastos lejanos de un lugar llamado St. Olaf. "
Tenías que ser tú… Capítulo 38: Besos sangrientos
Punto de vista de DeeAlgo andaba mal con Chase Bradley.No podía expresar con palabras la extraña desconexión que sentía hacia él, pero sabía que estaba ahí. No estaba en su personalidad ni en sus acciones. Chase era como el Príncipe Azul, casi demasiado agradable y simpático para ser otra cosa que una especie de personaje unidimensional. Es como si tuviera un guión para cada respuesta que una de las mujeres de nuestro grupo le lanzaba, y quienes lo conocían bromeaban sobre cómo estaba “dando respuestas de espía” y cómo debía trabajar para la CIA.El color favorito de Chase era el azul, y si lo presionaban para nombrar un tono o el motivo, recurriría solo a los clásicos de ser calmante o atrevido. Su comida favorita eran las buenas hamburguesas con papas fritas, pero nunca era poético sobre el sabor como lo haría Whitney con su pizza o tenía una sonrisa secreta en su rostro cuando le daba un mordisco como Molly. Le gustaba la música, pero nunca nombró a ninguna banda. V
Tenías que ser tú… Capítulo 39: Sepa esto
Punto de vista de WesHubiera sido mejor llamarla. Eso era lo que pensaba tumbado en la cama de Eva, tumbado entre sus muslos lechosos y las sábanas, de cara al lado de la habitación de Dee.El lado vacío de su habitación.Que debería haber llamado, haber sido lo suficientemente hombre como para decirle que el trato estaba cancelado.En lugar de eso, me escabullí, habiendo visto su rostro sorprendido bajo la sombra de un árbol que crecía cerca de la entrada de su salón, y le di la espalda porque estaba avergonzado. Avergonzada de ser, una vez más, presa de los deseos de Eva. Su tipo de traición.Uno pensaría que después de años de ser un idiota con otras personas, de intimidar a aquellos que percibía más débiles que yo, de ser una amenaza para todos los directores y profesores que tuvieron la desgracia de enseñarme, que no sería presa facil. No me arruinaría ante cada plan que me lanzara alguien que me trató bien más de una vez. Que sería capaz de enfrentarme a
Tenías que ser tú… Capítulo 40: Beerzebub's, el patio de juegos de Satanás
Punto de vista de Dee" Está bien, entonces", comenzó Whitney, juntando las manos y mirando críticamente la entrada de hierro fundido de Beerzebub's. “¿Entonces no entrarás en una casa embrujada, sino en el patio de recreo de Satanás?”" Para ser honesto", dijo Saoirse, rascándose un corte que se estaba curando en su mejilla, cortesía de ser demasiado amigable con los callejeros a quienes a veces les gustaba festejar cerca del contenedor de basura de su pasillo, "entiendo el atractivo".La mirada de soslayo fue poderosa ante esa admisión." Lo harías, ¿no?"" No es tan malo", dije, ya emocionado por todo el arte de la banda que pude ver.Lo que asustó al grupo fue el maniquí de tamaño natural de Oderus Urungus de GWAR sostenido sobre la entrada con cadenas, su Sepia de Cthulhu balanceándose sin sentido ante los prometedores aspirantes al bar mientras hacía las veces de campana de bienvenida. Quiero decir, Lord Oderus Urungus técnicamente no era un demonio
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Punto de vista de Wes"¡ Responde la pregunta, Wes!"Tenía casi la intención de desconectarla del maldito teléfono y seguir buscando a Dee. En lugar de eso, fui hacia la yugular y la ignoré. Si había algo que Eva odiaba más que nada en el mundo era que la consideraran monótona o indigna de ser notada. Le recordaba demasiado a su madre. La agorafobia de la mujer hizo que cuando ella falleciera, nadie se diera cuenta. Ella ya era un fantasma incluso antes de convertirse en uno.Eva se había jurado a sí misma que nunca sería olvidada de esa manera, incluso cuando su padre se volviera a casar con esa mujer más joven y tuviera el hijo que siempre había querido. Incluso si no fuera cada centímetro del heredero experto en negocios que Delacroix quería, es posible que no hubiera logrado sus objetivos de ser vista. Pero, aunque no se salía con la suya tanto como su hermano menor, Eva seguía siendo en gran medida la niña de los ojos de su padre.Entonces, no fue una sorpresa
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