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Capítulo 50: Sexo y dulces Parte 2

Punto de vista de Wes

El acoso es un arte. Había que tener cierta delicadeza al infundir el temor de Dios en las personas.

La mitad fue física.

Golpear CB fue tan refrescante como salir a nadar en la piscina climatizada de nuestro ático. La sensación de los músculos de su estómago ondeando y luego rebelándose a través del algodón de su camisa por el contacto de mi puño, la forma en que su piel cedió al acero de mis nudillos. Bueno, no quiero sonar demasiado horrible, pero honestamente fue la mejor sensación del mundo. En segundo lugar después de la familia, los amigos y estar con la lengua hasta el fondo del coño.

El rubio vomitó, el hedor a alcohol y cualquier cosa medio digerida que acababa de comer, rozó mis zapatos por apenas unos centímetros. Jodidamente repugnante.

Cayó de rodillas, con arcadas y, bueno, ¿no era eso normal en él?

O eso decían los rumores. No es que me importara una mierda lo que un hombre hacía en su tiempo libre con quién, pero por
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