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Capítulo 1123
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Un Dominio Subestimado Capítulo 1124
Una fría frase dejó las sonrisas de Hilario y Héctor instantáneamente congeladas.En sus ojos, Peter era el más favorecido y el más valorado en la familia.Ahora, tras un largo reencuentro, ¿no debería su padre estar feliz?¿Por qué mantenía una expresión tan seria?Han pasado cinco años, ¿acaso entre padre e hijo hay algún malentendido que no se pueda resolver?—Papá, antes era yo el que no entendía, yo era el confundido, y aquí te pido disculpas —dijo Peter, haciendo una profunda reverencia—. He pensado mucho estos años y realmente fue mi error, espero que puedas ser magnánimo y perdonarme esta vez.—¿Qué?Tomás arqueó una ceja, visiblemente sorprendido.Su hijo menor siempre había sido terco, generalmente era del tipo que no se detenía hasta chocar contra la pared.No esperaba que, después de unos años, también supiera disculparse.Parecía que había madurado bastante.—Papá, lo que pasó, pasó. Peter ya reconoce su error, deberías perdonarlo —Hilario comenzó a hablar bien por él.—Sí
Un Dominio Subestimado Capítulo 1125
Después de hablar, Tomás abrió la caja de regalo y su sonrisa se congeló instantáneamente.Dentro de la caja no había ningún objeto valioso, ni nada que demostrara afecto, solo había una cuerda.—¿Esto es lo que preparaste como regalo?Tomás frunció el ceño ligeramente, su mirada llenada de confusión.—¿Cómo? ¿Padre, no le gusta?Peter mantuvo su compostura, siempre humilde y respetuoso.—¿Gustarme?La expresión de Tomás se endureció y, con un gesto brusco, lanzó la caja al suelo mientras exclamaba:—¡Abre bien los ojos y mira lo que has enviado!El sonido de un crujido resonó.La caja se rompió, revelando la cuerda en su interior.Ante esta escena, todos los presentes se quedaron atónitos.—¿Qué significa esto? ¿Enviar una cuerda en un banquete de cumpleaños qué intención tiene?—Esa no es una cuerda común, ¡es una cuerda para ahorcarse!—¿Qué? ¿Una cuerda para ahorcarse? ¿En serio? ¿Quién enviaría eso sin más?—No es de extrañar que el viejo general se enfade, cualquiera lo haría, ¿q
Un Dominio Subestimado Capítulo 1126
Un sonido de carne desgarrándose resonó en el aire. Peter, sin ningún aviso previo, atravesó el pecho de Hilario con su cuchillo, de lado a lado. La sangre, deslizándose por la punta del cuchillo, caía gota a gota al suelo.Hilario quedó paralizado, bajando la mirada hacia el cuchillo que penetraba su pecho, su rostro mostraba incredulidad total. Nunca hubiera imaginado que su hermano menor, su propio pariente de sangre al que tanto valoraba, pudiera atacarlo de repente con un cuchillo. Y menos aún con tanta determinación y crueldad.En ese momento, todos quedaron atónitos.¿Quién podría imaginar que Peter, que hasta hace un momento se mostraba cortés y sonriente, de repente se convertiría en un asesino, sin perdonar ni siquiera a su propio hermano mayor?Si antes se podía explicar por haber bebido demasiado, ahora la situación era completamente diferente.—¿Cómo te atreves... —Hilario, con los ojos desorbitados, intentaba decir algo cuando la sangre comenzó a brotar de su boca.Fin
Un Dominio Subestimado Capítulo 1127
La mansión de un general alberga a mil soldados armados, capaces de sofocar fácilmente cualquier altercado. Esta es la razón por la que nadie se atreve a desafiar el poder en la mansión de un general.—¿Dónde está la gente? ¿Dónde están? ¡Necesitamos refuerzos!Después del grito, no hubo respuesta desde el exterior, y Héctor aumentó el volumen de su voz.—Hermano, no necesitas gritar más. Mis hombres ya se han infiltrado en la mansión de un general. Tu equipo de guardias ha sido completamente derribado —dijo Peter con una leve sonrisa.—¿Cómo es posible? ¡Estás mintiendo!Héctor se estremeció, incrédulo. Un ejército de mil hombres, todos bien entrenados, ¿cómo podrían ser derrotados tan fácilmente?—Cinco años de planificación, si ni siquiera pudiera manejar este pequeño asunto, no habría venido hoy —dijo Peter casualmente.—Así que ya lo tenías preparado —Héctor, con el rostro sombrío, escudriñó la sala con una mirada fría—. Peter, debo admitir, eres valiente y astuto, pero calculaste
Un Dominio Subestimado Capítulo 1128
—¡¿Qué?!Al ver esta escena, todos se alarmaron.¿No es Héctor un casi gran maestro?¿No debería estar barriendo el campo?¿Cómo es que en un encuentro ya estaba escupiendo sangre?—¡Héctor!—¡Papá!Angela y Pilar se asustaron y corrieron hacia adelante para ayudar a levantar a Héctor.El cuerpo de Héctor temblaba mientras tosía sangre repetidamente.En este momento, su rostro estaba lleno de shock y horror.Desde que practicó la técnica para devorar el alma, tenía mucha confianza en su fuerza; no diría que era invencible, pero sí que podía dominar en su territorio.¿Por qué? ¿Por qué justo hoy, cuando iba a demostrar su habilidad, fue suprimido?¿Es él demasiado débil o el enemigo demasiado fuerte?—¿Quién eres exactamente?Héctor, mordiéndose los dientes, estaba algo reacio.—País TZ, Carlos.El hombre de la capa negra lentamente levantó su capucha, revelando un rostro extranjero.Su rostro era delgado y sus ojos hundidos, dándole una apariencia sombría.—¿Qué? ¿Carlos? ¿No es él un
Un Dominio Subestimado Capítulo 1129
Aunque Carlos es formidable, palidece en comparación con Sr. Victoriano.—¿Sr. Victoriano? He oído mucho sobre él, lamentablemente, no podrá ayudarlos —dijo Peter sin cambiar su expresión.—¡Que intervenga Sr. Victoriano!Tras esperar un momento sin respuesta, Héctor elevó su voz y gritó hacia la montaña trasera.—Hermano, no hace falta que llames, Sr. Victoriano está aquí.Peter sacó de alguna parte una caja de cartón y la arrojó al suelo.La caja se abrió de un golpe, y de ella rodó una cabeza ensangrentada.Era un anciano de cabellos blancos, su rostro arrugado, los ojos muy abiertos, la cara llena de shock y desesperación.—¡¿Sr. Victoriano?!Al ver esta escena, Héctor retrocedió horrorizado.Los demás también parecían haber visto un fantasma, aterrorizados hasta la médula.—¿Cómo es posible? ¡¿Sr. Victoriano está muerto?!—Sr. Victoriano era un poderoso gran maestro, ¿cómo pudo morir tan repentinamente? ¿Qué ha ocurrido?—Estamos perdidos, con la muerte de Sr. Victoriano, ¡la mans
Un Dominio Subestimado Capítulo 1130
Una simple frase de Peter, cargada de una autoridad indiscutible.La gente alrededor temblaba de miedo, con el corazón palpitante de terror.Sus miradas, como si estuvieran coordinadas, se dirigieron hacia Tomás.Como la persona de más alto rango y más poder en el lugar, la actitud del viejo general determinaría la vida o muerte de toda la familia.—¡Rebelde! Atacas a tu propia sangre, traes desgracia a la familia, cometiendos actos imperdonables, y ahora ¿tienes la cara de pedirme explicaciones? ¿Realmente te ves como una víctima? —gritó Tomás con voz profunda.Siempre había considerado que Peter era su mejor sucesor.Valiente, astuto y con estrategia, capaz de llevar a la familia hacia la gloria.Qué lástima que el hijo más prometedor terminara desviándose, poniéndose en contra de su propia familia.Mientras estaba enojado, el dolor predominaba en su corazón.—Padre, debes saber que todo lo hice porque tú me obligaste, si no hubieras matado a mi esposa, ¿cómo habría terminado en este
Un Dominio Subestimado Capítulo 1131
—¡Sí!Los expertos detrás de Peter, de inmediato sacaron sus armas, avanzando con una mirada feroz.La familia Ponce se encontró en pánico, rápidamente se agruparon juntos.Habiendo sido mimados desde pequeños y siempre protegidos por soldados, se encontraban desorientados frente a esta situación.En ese momento crítico, una serie de agujas de plata fueron lanzadas repentinamente.Los varios expertos que habían avanzado quedaron paralizados en el acto, incapaces de moverse.Las armas en sus manos se quedaron suspendidas en el aire, sin poder caer.—¿Quién es? ¿Quién está saboteando desde las sombras?La expresión de Peter se endureció, y su mirada penetrante barría los alrededores.—Soy yo.Pedro se levantó lentamente, capturando de inmediato la atención de todos.Con la mansión de un general ya sin poder, y en tal situación, los invitados presentes estaban preocupados por su propia seguridad, sin atreverse a intervenir.Nadie esperaba que alguien se atreviera a ayudar.—¿Quién eres tú
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