Share

No sólo otra chica nueva
No sólo otra chica nueva
Author: Scarlett Rossi

Capítulo 0001

**Isa

—Revisión de senos —chirrió Maggie, inclinándose a mi alrededor y colocando sus manos sobre mi pecho.

Le di una mirada de total incredulidad. Antes, me había puesto una falda y un top azul ajustado con tiras y me dijo que eso garantizaba que Thomas (mi ex) se arrepintiera de haberme dejado y de haber perdido a su vez a su socio comercial.

—Espacio personal, amigo —dijo Erin, quitándome la mano de nuestra amiga.

Maggie puso los ojos en blanco y se ajustó el vestido para mostrar otro cuarto de pulgada de escote.

—¿Qué te va a doler? —ella hizo un puchero—. Ya sabes lo que dicen sobre cómo superar a un hombre...

—Sí, sí, tienes que pasar por debajo del siguiente... —Comencé rotundamente.

—No —dijo Maggie con aire de suficiencia—. Solo tienes que salir al mundo luciendo atractiva y recibir elogios de todos los demás hombres del mundo. Al menos... así es como lo hago.

Erin puso los ojos en blanco pero sonrió.

—Entonces vamos a que nos coqueteen —dijo, entrelazando su brazo con el mío y dirigiéndose al interior del bar.

Maggie estaba detrás de nosotros, todavía distraída por sus propios pechos.

—¡Espera, Isa! Cuidado... —llamó.

En ese momento, un hombre alto y delgado se estrelló contra mí y me empujó con el hombro contra el marco de la puerta. Me agarré del hombro, demasiado aturdida por la repentina sacudida como para sentir dolor o enojo.

Ese no fue el caso de Maggie.

—¡Oye, idiota! —gritó, girándose y golpeando al chico en la espalda.

El tipo se giró con indiferencia, tal vez un poco tambaleante, y se esforzó por centrar sus ojos nublados en la nariz moteada de Maggie.

—¿A las nueve y ya está borracho? —Erin murmuró a mi lado.

—Vaya, eres un poco linda —le murmuró el chico a Maggie, con una sonrisa descuidada enroscándose en su rostro.

Maggie nos miró a Erin y a mí con desdén y nos guiñó un ojo y nos hizo un gesto con la mano para que continuáramos.

—Eso fue rápido —me reí entre dientes.

La mirada de Erin se detuvo en Maggie y el tonto que tropezaba. Erin siempre fue del tipo ansioso.

—Ella estará bien. De lo contrario, no nos habría dicho que continuáramos —le aseguré, tirando un poco de la muñeca de Erin.

Tan pronto como me di la vuelta, BAM, me estrellé contra otro cuerpo.

—Fu —murmuré, de inmediato irritado con esta barra y todos estos idiotas distantes. Me eché el pelo hacia atrás y miré hacia arriba... hacia arriba...

Maldita sea, este tipo era alto. Y amplio... y... agudo...

—Lo siento —dijo con un gesto cortés pero apresurado.

No me miró a los ojos antes de salir corriendo por la puerta y dejarme atónita, confundida sobre si debería estar enojada o no.

—Eso fue de verdad rápido —bromeó Erin, mirando a mi alrededor para analizar el daño.

—Tan rápido como empezó —resoplé mientras me abría paso hacia el concurrido bar con Erin pisándome los talones.

La noche no resultó ser tan emocionante como comenzó. La música estaba alta y la gente estaba sudorosa y se balanceaba en la pista de baile. Maggie se había unido a nosotros poco después de que nos acercáramos al bar para tomar nuestras primeras bebidas. Aparentemente, el chico con el que se detuvo para hablar estaba demasiado borracho para divertirse.

Comenzamos con dos tragos de pastel de chocolate: uno para celebrar mi nueva (e inesperada) libertad y el otro para celebrar mi nueva (e inesperada) oportunidad laboral.

No esperaba comenzar un trabajo tan agradable y cómodo tan pronto después de dejar mi propia empresa, pero cuando llegó la oportunidad, abrí la puerta y tiré hacia adentro como si la estuviera albergando como a un fugitivo. Pero mi primer día llegaría antes de darme cuenta y estaba lista para empezar de nuevo.

Chocamos nuestras copas y tomamos nuestros tragos. Ni dos segundos después de que nuestros vasos vacíos tocaran la mesa, Maggie nos arrastró a Erin y a mí hacia el enjambre de cuerpos que se rechinaban.

—Pensé que se suponía que este era un lugar con clase —articuló Erin, sin molestarse en intentar gritar por encima de la estridente música electrónica de baile. Ambos estábamos un poco fuera de nuestra zona de confort en un lugar como este.

Después de tres canciones, logré llamar la atención de un hombre bien afeitado parado en la barra. Me hizo un gesto, sosteniendo su bebida y señalando detrás de él la pared de alcohol.

—¿Que estas esperando? ¡Ve! —dijo Maggie, apareciendo de repente como un demonio en mi hombro. Me golpeó el trasero y me envió dando traspiés hacia la barra.

—H-Hola —tartamudeé, ya muy avergonzado. Tenía confianza en mí misma y en todo eso, pero no había tenido que preocuparme por conocer a un hombre nuevo en más de cuatro años. Este era un territorio nuevo para mí.

Related chapters

Latest chapter

DMCA.com Protection Status