Simón frunció el ceño y preguntó: —¿Qué pasó exactamente?—Mi jefe me llamó a su habitación en medio de la noche y trató de vilmente de violarme, — explicó Fabiola con gran tristeza.Simón no pudo evitar suspirar con angustia, en realidad, ya se lo imaginaba, pero no era apropiado decirlo directamente.—Entonces, le golpeé la cabeza con un cenicero y escapé de allí. Mi jefe llamó a la policía y ahora soy una fugitiva, — continuó diciendo Fabiola.Hasta ese punto, todo quedó muy claro. Fabiola, incapaz de soportar la vida sin dignidad con su familia, había huido y llegado a ciudad Estrella para trabajar arduamente, pero había encontrado esta horrible desgracia. Al defenderse, lastimó a su jefe y luego escapó, convirtiéndose en una verdadera fugitiva. No era de extrañar que se hubiera visto reducida a buscar comida en la calle.—Lo siento mucho por ti. ¿Hay algo en lo que pueda ayudarte? — preguntó Simón, mirando a Fabiola con gran preocupación.De repente, Fabiola se levantó, se desabr
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