En la característica zona residencial de MRA, la vigilancia se extendía más allá de las calles; cada residencia contaba con cámaras de CCTV en el exterior y en el interior.En consecuencia, la cámara situada en la entrada de la mansión de Shawn documentó la interacción entre él e Yvonne del día anterior, captando no sólo las imágenes sino también sus palabras.Al principio, cuando Mia sintonizó las imágenes, su expresión se agrió aún más. Sin embargo, al seguir observando y escuchando la grabación, la incredulidad se apoderó de sus ojos.Con los ojos muy abiertos, desvió la mirada hacia su marido y lo encontró encogiéndose de hombros con indiferencia.A medida que se desarrollaban los acontecimientos, se dio cuenta de que su juicio inicial había sido erróneo. El desconocido le había plantado un beso a su marido, que parecía completamente ajeno."Lo siento", murmuró Shawn, con sus ojos grises clavados en los marrones miel de ella."No, no. La Pequeña guardó el portátil con delicadeza,

¿Por qué no iba a sentirse agradecida? ¿Qué más podría desear?"Un." Shawn respondió nasalmente. "Si no lo hago yo, ¿quién lo hará? Soy tu marido", añadió.Mia sonrió, con la mirada fija en el techo. Repetidamente afirmaba ser su marido. ¿Estaba realmente comprometido con su unión? ¿O simplemente cumplía con sus obligaciones?La inevitabilidad de un final abrupto de su unión se cernía sobre los pensamientos de Mia, arrojando una oleada de tristeza sobre ella.Para distraer su mente de los pensamientos desgarradores, murmuró: "Mi madre quiere conocerte. No tienes que forzarte si no quieres; ya encontraré algo que decirle".Shawn arqueó una ceja. Recordando que el perfil de la Pequeña mencionaba el fallecimiento de su madre, dudó.Mordiéndose el labio, Mia añadió: "Sé que te has estado preguntando por qué visitaba con frecuencia el hospital: era por ella. Había estado en coma debido a un accidente y hacía poco que había despertado". Dejó escapar un profundo suspiro.Shawn asintió en sil

Martha se mofó: "¡Mujerzuela mentirosa!".Estar casada con el hombre más rico del país conllevaba innumerables privilegios, incluidos viajes gratis.¿Cómo alguien tan despistada como ella se las había arreglado para cruzarse con Shawn Mandez? Era desconcertante.Una pieza molesta.¿No pensaba Vivian tomar medidas contra ella? Esa tonta. Desde que le entregó los documentos la otra noche, la chica aún no había hecho ningún movimiento. ¿A qué espera?"¿Qué tal el trabajo hoy?" La voz de Max cortó el silencio, haciendo que Martha se recompusiera rápidamente.Con una bonita sonrisa, respondió: "No ha estado tan mal. Sólo me duele todo el cuerpo y necesitaré que alguien me lo masajee".Al oír esto, Max sonrió. "Como a su señoría le plazca".Los dos estallaron en carcajadas.Mia se había bajado de los tacones en el coche cuando Jasper y ella llegaron a casa. Cuando uno de los guardias abrió la puerta del coche, fue cogida suavemente por unos brazos delgados pero robustos.Antes de que pudier

___________Vence a las Corporaciones HQ."Que George lleve el coche a la entrada. Ya me voy", ordenó el director general Shawn.Cogió su abrigo del perchero y salió rápidamente de su opulento despacho, seguido de su asistente personal, que llevaba su maletín.Lucas, desprevenido, miró su reloj de pulsera: eran poco más de las ocho.Demasiado pronto.Normalmente, el director general trabajaba hasta casi medianoche antes de marcharse. Pero estos días..."No lo entiendes, ¿verdad? La voz grave de Shawn interrumpió los pensamientos de Lucas."¿Señor?" Parpadeó, observando la espalda del Gran Jefe mientras entraban en el ascensor."Eso es porque aún no estás casado. Tu yo solitario y soltero no puede relacionarse con ser un marido diligente, cariñoso y atento como yo", se jactó el director general, con las manos en los bolsillos.Lucas se quedó de piedra. Vaya."Tú nunca podrás relacionarte", añadió, chasqueando la lengua.Las puertas del ascensor se abrieron al llegar a la planta baja, y

Al oír las palabras de los trabajadores, Martha se puso rápidamente en pie, adoptando una pose defensiva mientras se dirigía a toda prisa hacia el cubículo de Mia, extendiendo las manos en un gesto protector. "Chicos, por favor. Dejadla fuera de esto".Todos se sorprendieron. ¿Por qué de repente se mostraba tan protectora?"Mia ha pasado por mucho; por favor, dejadla fuera de esto. Por favor."Toda la oficina escrutó a Mia. ¿Qué estaba pasando?Justo entonces, Verónica, que había permanecido en silencio todo este tiempo, se encendió. "¿Por qué? ¿Por qué la proteges?" espetó con sorna.Enfrentándose a todos, escupió veneno: "¡Mia no dijo nada porque está celosa de Martha!"."¡¿Qué?!" Toda la oficina se puso frenética."¿Celosa en qué sentido?""¿En qué sentido?""Son mejores amigas, ¿no?".Burlándose, Verónica continuó: "Sí, celosa. Una vez intentó robarle el puesto a Martha arrebatándole a Max. Menos mal que el cielo intervino..."Antes de que pudiera terminar, Martha se acercó arrast